Expondrán en la Cámara de Diputados los ministros de Defensa, Jorge Taiana, y de Trabajo, Claudio Moroni. También el director General de Aduanas, Guillermo Michel, y el titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Carlos Castagneto.
El tratamiento del proyecto de Presupuesto 2023 en la Cámara de Diputados se reanudará hoy a las 11, con las exposiciones de los ministros de Defensa, Jorge Taiana, y de Trabajo, Claudio Moroni.
También expondrán en la jornada el director General de Aduanas, Guillermo Michel, y el titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Carlos Castagneto, entre otros funcionarios.
Los funcionarios concurrirán a la Sala 2 del Anexo C -ubicado en la calle Bartolomé Mitre 1864- a exponer ante la Comisión de Presupuesto que preside Carlos Heller (FdT).
La misma donde ayer expusieron los ministros de Educación, Jaime Perczyk; de Ciencia y Tecnología, Daniel Filmus; y de Medio Ambiente, Juan Cabandié, sobre los lineamientos económicos de sus respectivas carteras.
También realizaron sus presentaciones el presidente del Banco Central, Miguel Ángel Pesce; la secretaria de Energía, Flavia Royon; y sus pares de Agricultura, Juan José Bahillo; y de Industria, José Ignacio de Mendiguren.
El proyecto de gastos y recursos para el 2023 prevé un aumento del consumo privado estimado en un 2,2 % y la inversión en un 2,9%, en tanto en materia de financiamiento se busca reducir la asistencia monetaria del Banco Central al Tesoro.
En cuanto a la distribución del gasto, el proyecto contempla destinar a la Administración Gubernamental $ 1,6 billones, a Servicios de Defensa y Seguridad $ 1,2 billones, a gastos sociales $ 18 billones, servicios económicos $ 4,5 billones, deuda pública $ 2,9 billones, lo que implica casi $ 29 billones.
El presupuesto contempla un aumento en las exportaciones de 7,1% contra importaciones que se incrementarían el año próximo 2%, y de esta manera, el superávit comercial pasaría de US$ 7.700 millones este año a US$ 12.300 millones en 2023.
Otro aspecto central será la posibilidad de blanqueos de dólares para el pago de importaciones de insumos y servicios destinados a procesos productivos, y para la construcción de proyectos inmobiliarios como también para la adquisición de viviendas usadas.